Gracias

12/3/21

    Llevo desde finales de marzo de 2020 dándole vueltas a un proyecto que ha ido teniendo diferentes formas y que no acaba cuajar pero si estoy aquí escribiendo ahora es ya simplemente por dar las gracias.

    A fecha de hoy no sé cómo agradecer el teneros en mi vida.

    Gracias por haberme hecho salir todos los fines de semana cuándo éramos unos quinceañeros, no sabes lo que me ayudó sentirme como un adolescente normal en esa época en la que había tocado fondo, por viajar conmigo, por evaporar botellas de vino al sol de la tarde en una terraza.

    Gracias por volver aunque nos distanciáramos unos años, gracias por escucharme siempre, tener una paciencia infinita conmigo, por apoyarme.

    Gracias a los dos, aunque a ratos no os aguantéis, porque para mí siempre seréis, medio en broma y no, mis padres políticos a los que siempre podré acudir, pase lo que pase. Gracias por compartir vuestros escritos, vuestras canciones y penas conmigo.

    Gracias a la "tríada internacional" porque me ayudasteis a superar el mal trago que fue la separación de mi antiguo círculo, con vosotros, formé otro nuevo, del que nunca me siento separado. Por volver a cogerle cierto aprecio al deporte, huidas precipitadas en la noche, por rusos sonrientes, incluidas.

    Gracias al cuarto integrante que completa este maravilloso escuadrón por darme el voto de confianza, por ser mi piedra de toque, por el tiempo que siempre te tomas en explicarme las cosas, por compartir aquel día de mierda, porque gracias a ti hemos formado el grupo actual en el que estamos y que tanto bien nos ha hecho, por mediar con la paciencia de tres piedras juntas.

    Gracias al escuadrón al completo, por la infinidad de noches de juegos que terminaban en madrugada, por las risas, por seguirme hasta el infierno a pesar de saber que me estaba equivocando de dirección, para variar. Ya sabéis que para mí es más importante el tiempo que compartimos que el cómo lo hagamos, me da igual qué juego, que reglas, mientras que sea con vosotros. Por no hablar de las partidas de cartas que eran auténticas mesas de negociaciones y juego político (yo que tú le pegaba).

    Gracias, por superar conmigo ese curso de mierda que no lo fue tanto gracias al tiempo compartido, desde las caras de lunes por la mañana a las ocho y media, pasando por los cruces de miradas al escuchar el comentario del iluminado de turno y los paseos por Retiro, juventudes, carritos de bebé, patinetes y yeguas blancas incluidos.

    Gracias por ser la persona emocional del grupo, por abrirte a nosotros desde el primer día, me has enseñado a través del ejemplo diario, lo bueno que es expresar lo que sientes por el resto, decir el cómo te encuentras, el comunicar confiar tanto en nosotros. Es algo que me ha ayudado a ir abriéndome poco a poco al resto de gente que conozco, a mejorar y enriquecer otras relaciones.

    Gracias por aguantarme, así, tal cuál, para qué decorarlo con florituras, porque aquella cuarentena más la temporadita de convivir en un salón virtual no la soporta cualquiera. Eso por no hablar de todas las niñerías y los foto caretos, si es que madre mía, yo a estas alturas no sé cómo no me has pedido el divorcio.

    Gracias a las dos por formar este pequeño aquelarre, por cuidarme y mimarme hasta la saciedad, por formar este círculo de cuidados que tan bonito nos ha quedado.

    Gracias por ser la mami no mami del grupo, por la paciencia que tienes con nosotros tus hijos, por enseñarnos siempre cosas chachis, por aliarte conmigo contra nuestro contrincante más fuerte, aunque sea sólo por hacerle un poco de rabiar.

    Gracias por ser nuestro técnico y locutor favoritos, aunque no sean tus únicas habilidades, gracias a ti he perdido el miedo a hablar delante de otra gente, aunque fuesen sólo cuatro lindos gatitos.

    Gracias por normalizar las muestras de afecto físicas entre amigos, otra cosa que mediante el ejemplo si no diario, constante cuando nos vemos, me ha ayudado a normalizarlo con el resto, enriqueciendo así, también, el resto de relaciones que tengo. Gracias también por mostrarme tus proyectos y ser el mejor saboteador a este lado de la mina.

    Gracias por regalarme y dejarme apropiar de la palabra "mamaracho" y derivadas, por enserñarme tus historias, tus dibujos, tus libros, por recomendarme animes, por explicarme detalles que a mí se me hubiesen pasado totalmente por alto. Gracias por darme la lección que todo buen shippeador tiene una colina.

    Antes de terminar, quiero dar las gracias a los recién llegados, al grupo de convivencia, que a pesar de llevar algo más de tres meses, les he cogido también un cariño especial.

    Por último, gracias, a cada uno, por todo, por las infinitas risas, paciencia, cariño y confianza, os quiero muchísimo, sois (o creo que seréis parte de, los más recientes) la familia escogida. Aunque lo repita tantas veces no sé cómo agradecéroslo, cuándo pienso en todos vosotros, no me creo la suerte que tengo.

    Sé que hay gente que leerá esto y que no se encuentre o que le parezca que le falte algo. Me parecería normal porque mi idea original es haceros llegar cartas, ya tengo varias preparadas, para deciros esto y más, incluidos los que ahora mismo no aparecen.